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El mayor ataque de la guerra impacta importantes bases aéreas rusas. Esto es lo que significa para el poder aéreo de Rusia.
Varios aviones rusos de largo alcance, incluidos bombarderos estratégicos Tu-95, fueron destruidos en ataques coordinados con drones contra las bases aéreas rusas de Olenya, Belaya, Dyagilevo, Ivanovo-Severny y Voskresensk.
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![Photo of Jamal Marcelin]( "Photo of Jamal Marcelin")
![Photo of Vlad Litnarovych]( "Photo of Vlad Litnarovych")
Todavía se está evaluando la magnitud total de los daños, pero las estimaciones preliminares sugieren que Rusia puede haber perdido al menos 150 millones de dólares en aviones irremplazables en un solo día.
💥 New footage of the attacks on Russian military air bases has surfaced online. pic.twitter.com/P6MPqv0IpC
— UNITED24 Media (@United24media) June 1, 2025
Los ataques redujeron gravemente la capacidad de Rusia para proyectar poder estratégico, especialmente a través de su flota de bombarderos de largo alcance con capacidad nuclear y sus activos de vigilancia aérea. Estas aeronaves ya no se producen en serie y no pueden reemplazarse rápidamente, lo que agrava el daño para los estrategas militares rusos.
Múltiples informes indican que al menos tres o cuatro bombarderos estratégicos Tu-95, cada uno con un valor estimado de 50 millones de dólares, fueron destruidos en el ataque, junto con otras aeronaves cruciales.
👀 Russian air bases were reportedly attacked by drones launched from trucks, with alleged footage of the attack surfacing online.
— UNITED24 Media (@United24media) June 1, 2025
Previosly, it was reported that four Russian air bases came under drone attack, with dozens of planes damaged. pic.twitter.com/4ELxNtlFsG
La base aérea de Olenya, al igual que la de Belaya, situada en el norte de Rusia, alberga varios bombarderos de largo alcance capaces de transportar misiles de crucero con capacidad nuclear.
Tu-95MS “Oso”: el caballo de batalla nuclear de la aviación rusa de largo alcance
Entre las víctimas más destacadas se encuentran varios bombarderos estratégicos Tu-95MS, gigantes de la era de la Guerra Fría diseñados para transportar y lanzar misiles de crucero con capacidad nuclear Kh-55 y Kh-101 con alcances superiores a 2.500 km (1.550 millas).
Cada Tu-95 puede transportar hasta 16 misiles de crucero, ya sea internamente o en pilones montados en las alas, lo que le permite realizar ataques de precisión nucleares o convencionales de largo alcance.
A pesar de su fuselaje antiguo, el Tu-95MS sigue siendo la columna vertebral de la disuasión nuclear aérea rusa, junto con el más moderno Tu-160. Destruir incluso tres o cuatro de estos aviones en un día constituye un grave golpe a la capacidad de Rusia para un segundo ataque.
Es importante destacar que Rusia no ha construido un nuevo Tu-95 desde principios de la década de 1990. La mayor parte de la flota existente ha sido renovada, pero las sanciones occidentales y las restricciones a la exportación de aviónica y componentes de motor han dificultado incluso el mantenimiento rutinario.
Tu-22M3 “Backfire-C”: bombardero supersónico para ataques nucleares y convencionales regionales
El Tu-22M3, otro avión que según se informa fue atacado, juega un papel doble vital en la flota de aviación de largo alcance de Rusia.
Conocido por su velocidad supersónica (Mach 1,88) y su amplio alcance operativo de unos 7.000 km (4.350 millas) con reabastecimiento en vuelo, el Backfire-C es capaz de lanzar misiles de crucero Kh-22 y Kh-32, incluyendo cargas nucleares, contra objetivos terrestres y navales.
En los últimos años, los Tu-22M3 se han empleado ampliamente en ataques en Ucrania, frecuentemente portando munición convencional de alto explosivo. Sin embargo, también son fundamentales para la estrategia de disuasión nuclear regional de Rusia, especialmente en Europa y la región del Mar Negro.
Solo quedan unos 60 Tu-22M3 en servicio, y ya no se producen. Cualquier pérdida de esta flota supone un duro golpe, especialmente considerando el envejecimiento de sus fuselajes y su elevado mantenimiento.
Tu-160 “Blackjack”: la joya de la corona nuclear rusa
Aunque no están confirmados, algunos informes sugieren que un bombardero Tu-160 también podría haber estado presente durante el ataque a la base de Olenya.
El Tu-160 es el bombardero estratégico más avanzado de Rusia, con alas de barrido variable y una enorme carga útil de armas de hasta 40.000 kg (88.000 lb).
Puede transportar 12 misiles de crucero nucleares Kh-102, la versión con ojiva nuclear del Kh-101, con un alcance superior a los 5.000 km (3.100 millas).
La flota de Tu-160 es extremadamente limitada (menos de 20 están operativos) y su línea de producción se reanudó recientemente en Kazán de forma limitada. La pérdida de incluso uno de ellos representaría un revés estratégico devastador.
A-50 “Mainstay”: Los ojos de Rusia en el cielo ahora están cegados
Una de las pérdidas confirmadas más significativas es la del Beriev A-50, un avión de alerta temprana y control aerotransportado (AEW&C) diseñado para detectar, rastrear y coordinar amenazas aéreas y de misiles a lo largo de grandes distancias. El sistema de radar Shmel del A-50 puede monitorear hasta 60 objetivos simultáneamente a un alcance de más de 600 km (370 millas), dependiendo del tamaño y la altitud del objetivo.
Desempeña un papel crucial en el control del espacio aéreo, la coordinación de cazas y el guiado de misiles de largo alcance, lo que lo convierte en un recurso vital de mando y control. El A-50 también apoya la red de defensa aérea rusa, ayudando a conectar los sistemas S-400 y S-300 durante las operaciones de combate.
Quedan menos de 10 variantes modernizadas del A-50U en el inventario ruso. Se trata de aeronaves altamente especializadas y complejas que no pueden reemplazarse rápidamente debido a la falta de capacidad de producción nacional y a la dependencia de componentes obsoletos de la era soviética.
«Perder un A-50 es como arrancarle los ojos y los oídos a toda una campaña aérea», comentó un oficial de la OTAN. «Es un duro golpe tanto para la capacidad ofensiva como para la defensiva de Rusia».
Implicaciones estratégicas: un golpe del que Moscú no podrá recuperarse fácilmente
Este último ataque no solo debilita la capacidad de Rusia para lanzar ataques de largo alcance, sino que revela una creciente vulnerabilidad en su infraestructura de disuasión estratégica. Los cuatro tipos de aeronaves destruidas o dañadas (Tu-95, Tu-160, Tu-22M3 y A-50) son plataformas obsoletas de la era soviética, difíciles o imposibles de reemplazar bajo las restricciones actuales de la guerra y las sanciones.
Las consecuencias no son solo militares, sino también geopolíticas. Una fuerza de bombarderos rusa debilitada envalentona a la OTAN, especialmente en su flanco oriental, y podría crear un nuevo espacio para las maniobras políticas y militares de los estados aliados. Para Ucrania, estos ataques señalan una evolución en la guerra asimétrica, donde los drones ahora pueden desmantelar sistemas de armas de miles de millones de dólares a cientos de millas de distancia.
Anteriormente, surgieron informes de que las fuerzas ucranianas destruyeron un bombardero estratégico ruso Tu-22M3 de largo alcance, valorado en aproximadamente 100 millones de dólares, utilizando un dron.
“El Tu-22M3 aterrizó y nuestro dron lo derribó”, declaró Syrskyi, destacando la audacia y precisión de la operación.
Según se informó, el bombardero fue derribado momentos después del aterrizaje, lo que subraya la creciente capacidad de Ucrania para atacar activos militares rusos de alto valor mucho más allá del frente.
