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Rusia dedica 10 años al desarrollo de un arma secreta de microondas y luego la envía directamente a un museo.

Rusia ha presentado por primera vez su sistema móvil de armas de microondas «Furor», pero no en el campo de batalla ni en una exposición de defensa, sino como pieza de museo en Kubinka, cerca de Moscú.
El sistema «Furor», presentado inicialmente a puerta cerrada en la exposición «Army-2015» de Rusia, aún no se ha desplegado operativamente, según informó Defense Express el 22 de julio.
A pesar de las afirmaciones de que se están realizando pruebas y desarrollos, el sistema parece ahora una exposición estática más que un activo militar activo.
El «Furor» está diseñado para inutilizar drones y municiones guiadas de precisión mediante emisiones de microondas de alta potencia. Fuentes rusas afirman que puede proporcionar una cobertura de defensa de 360 grados a una distancia superior a los 10 kilómetros.

Esta cifra supera significativamente la de sistemas comparables, como el Leonidas de Epirus, fabricado en Estados Unidos, que actualmente opera a una distancia de hasta 2 kilómetros.
Las ambiciosas especificaciones ponen de relieve un patrón familiar observado en anteriores proyectos de defensa rusos, como el dron S-70 Okhotnik, los vehículos no tripulados BMP-3 y el sistema láser Peresvet, plataformas que a menudo se presentan con capacidades avanzadas pero con una aplicación limitada en el mundo real.
El sistema está montado en el chasis de un sistema de misiles tierra-aire Buk y, según se informa, incluye un generador relativista, una antena reflectante, una interfaz de control y un sistema de transmisión. Los medios de comunicación rusos han sugerido una posible integración con las redes de defensa aérea existentes, aunque esto parece ser más una especulación que parte del concepto original.

El desarrollo del «Furor» fue liderado por el Instituto Radiotécnico de Moscú, parte del Grupo Vega, conocido por producir sistemas de radar, incluidos los aviones de alerta temprana A-50, A-50U y A-100. La producción de estas plataformas se ha estancado en los últimos años.
Aunque los medios de comunicación rusos siguen haciendo referencia a las pruebas en curso, la aparición del «Furor» en un museo plantea dudas sobre la viabilidad del proyecto.
A pesar del potencial teórico, los analistas siguen mostrándose escépticos sobre la capacidad de Rusia para entregar un sistema funcional que cumpla con las especificaciones anunciadas.
Por ahora, «Furor» sirve más como una ilustración de la ambición conceptual que como un sistema de armas desplegable.
Anteriormente, se observó a las tropas rusas reforzando los antiguos obuses 2S19 Msta-S y los vehículos blindados MT-LB con troncos de madera, en un aparente intento por sobrevivir a los crecientes ataques con drones de Ucrania, una táctica improvisada que recuerda a principios de 2022.
Los analistas militares afirman que el blindaje improvisado ofrece poca protección real y pone de relieve la creciente escasez de equipos y la dificultad de Rusia para hacer frente a las amenazas modernas.






