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Rusia exige a la OTAN que detenga el entrenamiento de las tropas ucranianas para poner fin a la guerra
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![Photo of Jamal Marcelin]( "Photo of Jamal Marcelin")
![Photo of Vlad Litnarovych]( "Photo of Vlad Litnarovych")
Rusia tiene la intención de exigir a Ucrania que detenga el entrenamiento de sus fuerzas militares en países occidentales como condición para poner fin a la guerra, según declaró el 30 de junio el embajador en misión especial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Rodion Miroshnik, al medio de comunicación ruso Izvestia.
«La participación o complicidad de otros países [en la guerra] es una cuestión clave que debe detenerse en cualquiera de sus formas, incluido el suministro de armas y el entrenamiento de militantes ucranianos», declaró Miroshnik.
«Todo ello equivale a una implicación directa en el conflicto. Una demostración real del deseo de resolverlo significaría la terminación de estos programas».
Varias misiones importantes de entrenamiento de tropas ucranianas están actualmente activas en Europa y Estados Unidos. El Reino Unido dirige la operación Interflex, mientras que la UE supervisa el programa de entrenamiento EUMAM.
Mientras tanto, Estados Unidos entrena a las fuerzas ucranianas en bases militares de Alemania, donde se enseña a las tropas los procedimientos de combate estándar de la OTAN. En total, más de 200.000 soldados ucranianos han recibido entrenamiento a través de programas dirigidos por Occidente desde que comenzó la invasión rusa a gran escala en 2022.
El Consejo de la Federación Rusa ha tachado esas misiones de entrenamiento de «hostiles» hacia Rusia. «Cualquier ayuda a Ucrania que le permita seguir luchando o planificar operaciones terroristas claramente no contribuye a la resolución del conflicto», dijo el vicepresidente del Consejo de la Federación, Konstantin Kosachev.
Oleg Karpovich, Vicerrector de la Academia Diplomática rusa, añadió que los objetivos de Moscú siguen siendo los mismos.
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«Sólo la destrucción de todo el sistema en el que nuestros adversarios utilizan a los ciudadanos ucranianos en su guerra híbrida contra Moscú nos acercará a la consecución de los objetivos de la operación militar especial», afirmó.
Esta nueva exigencia sigue a los comentarios anteriores del Viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Alexander Grushko, quien insistió en que Rusia exigiría a Ucrania la entrega de todas las armas suministradas por Occidente como parte de cualquier acuerdo futuro. Argumentó que tales armas no sólo amenazan a Rusia, sino que también representan un peligro para los propios países occidentales.
Grushko también reiteró una lista de amplias condiciones previas que Moscú pretende imponer a Kyiv: establecer un límite al tamaño de las Fuerzas Armadas ucranianas, eliminar lo que Rusia llama «formaciones nacionalistas» del ejército y la Guardia Nacional de Ucrania, reconocer la anexión rusa de Crimea y otras cuatro regiones ucranianas, y aceptar no unirse nunca a ninguna alianza militar ni acoger tropas o bases extranjeras.
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Anteriormente, el líder ruso, Vladímir Putin, afirmó que Moscú supuestamente no busca la capitulación de Ucrania, sino que exige el reconocimiento de las «realidades sobre el terreno».
«No buscamos la capitulación de Ucrania. Insistimos en el reconocimiento de las realidades que se han desarrollado sobre el terreno», dijo Putin a los participantes en el foro.
En su discurso, también repitió varios de los argumentos habituales del Kremlin en un intento de justificar la invasión rusa de Ucrania. Afirmó que las acciones de Rusia tras lo que denominó un «golpe» en Kyiv tenían como objetivo «proteger a la población espiritualmente vinculada a Rusia».
Según Putin, Rusia intentó supuestamente resolver la situación por medios pacíficos, es decir, los acuerdos de Minsk.
