Dentro de la búsqueda de ADN de Ucrania: reuniendo a los héroes caídos con sus familias

En Kyiv, visitamos uno de los laboratorios de ADN más completos de Ucrania para ver cómo los expertos manejan los casos más complejos.

«Es absurdo, pero tenemos suerte»

Detrás de cada búsqueda de ADN, suele haber una familia esperando respuestas. Una tarde, a través de Zoom, hablamos con Hanna. Su hermano menor, Kostiantyn, de 38 años, murió en combate en Bakhmut en mayo de 2023, pero se le consideró desaparecido durante casi un año, hasta que los forenses identificaron su ADN. Hanna hace una pausa en medio de la conversación para secarse las lágrimas, con una caja de pañuelos a mano.

Recordó la publicación que vio otro día en Facebook, sobre mujeres que se consideraban «afortunadas»: «Dicen: “Somos afortunadas. Desapareció en combate y aún tenemos esperanza” o “Somos afortunadas. Nos devolvieron su cuerpo tras su cautiverio. Sabíamos que había muerto, pero ahora tenemos claridad”».

El domingo 14 de mayo de 2023, la familia de Kostiantyn se dio cuenta de que había desaparecido en combate. «Siempre llamaba o enviaba un mensaje cada tres días. Ese domingo era el cuarto día», recordó Hanna. «Era el Día de la Madre y él siempre se esforzaba por felicitarme porque sentía un gran respeto por el papel de la madre. El hecho de que no llamara, no escribiera nada... algo dentro de mí ya sabía que algo iba mal».

Hanna había hablado con su hermano poco antes. «En ese momento estaba en Kostiantynivka», cuenta. «Hablaba de lo frondosa y verde que era la hierba, en comparación con Bakhmut, donde no quedaba hierba. Todo estaba quemado por los bombardeos».

En ese momento, Hanna y sus tres hijas, las sobrinas de Kostiantyn, vivían en Finlandia. Se vieron obligadas a huir de Kharkiv tras el inicio de la invasión a gran escala de Rusia.

«Literalmente tres días después [de la desaparición de Kostiantyn, nota del editor], llamaron a nuestro papá para que proporcionara su ADN», dijo. Sin embargo, Hanna intentó creer que su hermano menor aún podía estar vivo.

«Quizás lo habían hecho prisionero, quizás había logrado escapar de alguna manera», recordaba haberse dicho a sí misma. «Luego estuve en laiglesia de Lavra,  donde los sacerdotes ofrecen oraciones conmemorativas por aquellos cuyos seres queridos están en la guerra. No sabía qué tipo de nota escribir: si por su buena salud o por el descanso eterno de su alma».

Durante mucho tiempo, no hubo noticias. «Todo el mundo decía que nos enteraríamos de algo una vez que nuestras fuerzas liberaran Bakhmut», dijo Hanna. «Pero nadie sabía cuándo sería eso».

En abril de 2024, Hanna recibió una llamada de su papá. «El ADN coincidía. Vamos a enterrar a nuestro Kostia». Fue increíblemente doloroso.

Kostiantyn comenzó su servicio militar en la primavera de 2014, tras participar en la Revolución de la Dignidad.  Luchó cerca de Mariúpol y participó en el enfrentamiento de Shyrokyne.  Incluso después de una prolongada rehabilitación tras un accidente automovilístico, decidió permanecer en las filas.

No fue hasta 2021 cuando decidió volver a la vida civil, un plan que se vio truncado abruptamente por la invasión a gran escala de Rusia el 24 de febrero de 2022. En respuesta, Kostiantyn se unió a la 127.ª Brigada de Defensa Territorial de Kharkiv. Murió en combate el 14 de mayo de 2023.

«Quería ser un héroe, y lo fue», dice Hanna. «Cuando los atacaron, corrió hacia la entrada de un edificio alto y arrastró a otro chico tras de sí». Kostiantyn nació y se crió en el distrito residencial más grande de Kharkiv. «Era un niño de Saltivka, criado en edificios altos. Murió en un edificio alto».

Volviendo al post sobre las «mujeres afortunadas», Anna subraya: «Una parte de mí piensa que es absurdo considerarnos «afortunadas», pero otra parte dice: «Somos afortunadas. Él regresó con nosotras. De los cinco que formaban el grupo, él fue el único que regresó».

Laboratorios de identificación de ADN de Ucrania

Lo primero que debemos hacer antes de que nos permitan entrar en el laboratorio de ADN es ponernos ropa protectora: una bata, cubrezapatos, una mascarilla y un gorro. Este procedimiento tiene como objetivo «no contaminar el material biológico que se va a estudiar con nuestro propio material biológico», explica Ruslan Abbasov, subdirector del Centro Estatal de Investigación Científica Forense del Ministerio del Interior de Ucrania. Él nos explica todo el proceso.

Muestras extremadamente difíciles

«Si a principios de año teníamos una carga de trabajo de unas 15 000 muestras, que se habían acumulado con el tiempo, a día de hoy estamos realizando más exámenes que las nuevas muestras que nos llegan», afirma Abbasov. «Se trata de una tendencia positiva en lo que respecta al tiempo de espera para los familiares cercanos. Hemos reducido este tiempo al máximo».

Hay varias agencias estatales que se dedican a los análisis forenses. Dentro de la Secretaría de Gobernación, está la rama del Servicio de Expertos de la Secretaría de Gobernación, con 25 instituciones. De esas 25, 20 están equipadas con laboratorios de ADN completos y en funcionamiento.

«La investigación aquí abarca desde el análisis de muestras simples de personas vivas hasta casos más complejos», dice Abbasov. «Incluye fragmentos óseos, dientes y material biológico de cuerpos repatriados. Estas muestras se consideran extremadamente difíciles. En primer lugar, por el estado en que se recibieron y, por supuesto, por la gran cantidad de fragmentos».

Al examinar las muestras, incluidas las de los cuerpos repatriados, los expertos analizan numerosas muestras de cada fragmento, dice Abbasov. «Eso puede suponer 10 000 al mes». Sin embargo, en la práctica, añade que los fragmentos suelen pertenecer al mismo individuo. «Podemos analizar entre 7000 y 10 000 fragmentos, pero al final, después de aproximadamente un mes, terminamos con poco más de mil perfiles de ADN de cuerpos que aún no han sido identificados».

«¿Recibe a menudo fragmentos óseos?», le preguntamos a Abbasov, de pie junto a una estación en la que un experto está retirando todos los restos para trabajar con tejido óseo. «Sobre todo fragmentos óseos, porque no queda nada más», responde.

De las pertenencias a los huesos

El laboratorio está dividido en diferentes zonas, cada una con un propósito específico. Aunque llevamos equipo de protección, solo podemos observar los procesos a través de una ventana desde el pasillo. Solo el personal autorizado puede acceder a las muestras. En una de las salas, un experto abre un paquete. Dentro hay una navaja de afeitar.

«Cuando no hay familiares cercanos, se recogen las pertenencias personales y se envían para su análisis», explica Abbasov. «Tomamos una muestra de los objetos». El experto coloca la navaja de afeitar sobre la mesa, junto a una regla especial. El primer paso es el examen, que incluye la fotografía y la documentación.

Tan pronto como termina, el experto toma un hisopo de algodón, lo humedece con agua desionizada y limpia la superficie de trabajo de la navaja. Abbasov explica: «Es donde está la cuchilla, donde pueden haber fragmentos de epitelio o cabello, porque no hay ADN en el cabello cortado en sí, pero sí lo hay en la epidermis, en los pequeños trozos de piel. La superficie se limpia a fondo, se corta un trozo y se coloca en un tubo de un solo uso».

Nos dirigimos a la siguiente zona, donde otro experto está trabajando en un fragmento de hueso. Abbasov comenta cada movimiento detrás del cristal:

«Para trabajar con tejido óseo, primero hay que limpiar todos los restos de otros tejidos. Ahora está a punto de empezar a perforar. Hay una sierra de autopsia disponible, por si hay que cortar un trozo. Etiqueta y marca a qué fragmento pertenece, y luego lo coloca en una rejilla. Hace lo mismo con docenas, incluso cientos de muestras».

Entonces, ¿cómo se extrae un perfil de ADN? La siguiente etapa para las muestras es la lisis, cuyo objetivo es extraer el ADN del núcleo celular. Dependiendo de la muestra, ya sea de una persona viva o de un cuerpo repatriado, el proceso puede durar varias horas o varios días. Un equipo especial permite analizar entre 100 y 200 muestras en un periodo de 24 horas.

Una vez que las muestras están listas, pasan a la etapa final. «Cuando hemos trabajado con las muestras para extraer el ADN, también necesitamos determinar si el ADN está presente y en qué condiciones», explica Abbasov.

La única sala a la que se nos permite entrar está repleta de equipo técnico, en su mayoría analizadores genéticos. «Varían en cuanto a su capacidad de rendimiento, desde ocho perfiles de ADN en 40 minutos hasta 24 perfiles de ADN en 40 minutos», afirma. ¿Qué nos aporta esto? «Nos permite trabajar simultáneamente con un gran número de perfiles de ADN», explica Abbasov. «Solo unos pocos de estos analizadores genéticos pueden procesar alrededor de 200 perfiles de ADN al día y producir datos genéticos». A continuación, los datos son analizados por expertos forenses.

Todos los perfiles de ADN se introducen en el Registro Estatal Electrónico de Información Genómica Humana para permitir búsquedas automatizadas que identifiquen relaciones familiares. Cuando se compara un perfil de ADN con el registro electrónico, la coincidencia se cataloga automáticamente.

Pero, ¿qué ocurre si no hay coincidencias o si no se puede establecer el perfil de ADN? «El perfil de ADN se introduce en el registro electrónico y es posible que con el tiempo se produzca una coincidencia. Si no es posible establecer un perfil de ADN, el experto vuelve una segunda o tercera vez para hacer otro intento hasta que se obtiene un perfil con éxito».

Actualmente, los expertos analizan entre 24 y 27 loci por muestra, afirma Abbasov. Esto permite comparar los resultados con los obtenidos en el extranjero, ya que ese número de loci garantiza la compatibilidad independientemente del laboratorio que haya establecido el perfil de ADN, ya sea en el laboratorio del Servicio de Expertos o en una instalación en el extranjero.

Práctica de recolección de muestras

La práctica de Ucrania de recoger muestras de familiares cercanos comenzó en 2014, cuando se inició la Operación Antiterrorista, afirma Abbasov. Sin embargo, con la invasión a gran escala de Rusia, el proceso se ha ampliado y se ha vuelto mucho más accesible.

«En 2022, había nueve laboratorios de ADN de perfil completo», afirma. «En aquel momento parecía suficiente, pero al año siguiente nos dimos cuenta de que solo lo parecía. Incluso desde un punto de vista puramente logístico, era difícil para una familia viajar de una región a otra solo para proporcionar una muestra. A finales de 2022, nos aseguramos de que todos los ciudadanos tuvieran acceso a este servicio». El número de genetistas también ha aumentado, pasando de 170-180 antes de 2022 a 450 en la actualidad.

Ahora, con unas 6000 muestras de familiares al mes, los expertos intentan completar el análisis en un mes. «Antes nos centrábamos en gestionar el volumen, mientras que hoy podemos analizar una sola muestra aplicando varios métodos, dos, tres o más si es necesario. Tenemos la capacidad de estudiar una muestra en profundidad».

Este laboratorio de ADN, en particular, es el único del país con capacidad para realizar análisis de ADN mitocondrial. «Si se necesita la identificación a través de la línea materna, por ejemplo, si solo está disponible la abuela materna, la madre ha fallecido y la persona está desaparecida, este tipo de análisis se lleva a cabo utilizando equipo especializado».

En el caso de los familiares, si desean proporcionar una muestra, todo comienza con una solicitud a las autoridades de investigación previa al juicio. «Tras registrar la denuncia de una persona desaparecida u otro suceso trágico, se recogen muestras biológicas de los familiares. Estas muestras se utilizan para solicitar un examen genético molecular forense en cualquier institución forense. Se establece el perfil de ADN, se analiza y se introduce en el Registro Estatal Electrónico de Información Genómica Humana».

Cuando se encuentra una coincidencia en el sistema, se identifica y documenta formalmente. A continuación, se prepara una carta oficial y se envía a cuatro destinatarios: el investigador que se ocupa de la muestra del familiar, el investigador que se ocupa de la muestra del cuerpo repatriado, el Departamento Principal de Investigación y la Oficina de Personas Desaparecidas en Circunstancias Especiales. «Además de confirmar la coincidencia, la carta incluye recomendaciones en las que se esbozan posibles escenarios y pasos a seguir, así como diferentes formas de finalizar la identificación».

Abbasov destaca que el objetivo principal de estos expertos es identificar todos y cada uno de los cuerpos repatriados.

«No podemos detenernos solo porque se nos ha encomendado la tarea de la identificación y no está funcionando», afirma Abbasov. «El número de intentos, por qué no está funcionando y qué hay que hacer son cuestiones que deben resolver los expertos. En esta fase, hacemos todo lo posible por obtener los perfiles de ADN».

Rusia está complicando el proceso

Después de que Ucrania recibiera más de 6000 cadáveres de los caídos del lado ruso, el ministro del Interior, Ihor Klymenko, declaró que Rusia está convirtiendo la repatriación de los cadáveres de los soldados caídos en una herramienta de manipulación y presión. En su página de Telegram, informó que «los cadáveres se devuelven en un estado extremadamente mutilado, con partes del cuerpo en diferentes bolsas. Hay casos en los que los restos de una persona se devuelven en diferentes etapas de la repatriación». Además, en las últimas repatriaciones, Rusia entregó los cuerpos de soldados rusos mezclados con los cuerpos de ucranianos, añadió Klymenko.

A los pocos días, el 19 de junio, el ministro del Interior también aportó pruebas de sus palabras. Entre ellas había fotos de documentos de soldados rusos, como pasaportes y carnés militares. «El mundo ve la diferencia: mientras Ucrania repatría a todos sus caídos, con nombre y dignidad, Rusia oculta a sus muertos, los utiliza como material desechable y luego los olvida», subrayó Klymenko.

El 23 de junio, durante la rueda de prensa, se informó de que, desde principios de 2025, los investigadores de la Policía Nacional y los expertos forenses han identificado 20 casos de traslado de cadáveres de militares rusos durante el proceso de repatriación.

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