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Guerra en Ucrania

Las 10 operaciones militares más audaces de Ucrania hasta la fecha

Las 10 operaciones militares más audaces de Ucrania hasta la fecha

Ucrania sigue reescribiendo las reglas de la guerra moderna. El 1 de julio, el SBU llevó a cabo la Operación Telaraña, eliminando 41 aviones rusos en una sola noche. Y apenas unos días después, el 3 de junio, volvieron a atacar, esta vez bajo el agua, con explosiones submarinas masivas en los soportes del puente de Crimea que lo dejaron en estado crítico.

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Ucrania no es una superpotencia militar. No dispone de reservas ni de recursos humanos infinitos, y no puede confiar en una fuerza abrumadora para ganar batallas. Por el contrario, depende de la coordinación, la adaptabilidad y un ejército que ha aprendido a aprovechar cada oportunidad que se le presenta.

Para proteger a sus civiles y mantener seguras sus ciudades, Ucrania ha confiado en la defensa antiaérea. Además de sistemas como Patriot e IRIS-T, ha empezado a desplegar herramientas como SkySentinel, una torreta con inteligencia artificial financiada por crowdfunding y diseñada para interceptar drones y cubrir lagunas críticas en la cobertura.

Pero mientras que sistemas como SkySentinel protegen a las ciudades ucranianas de ataques inminentes, las audaces operaciones detrás de las líneas rusas impiden que se produzcan muchos de esos ataques al interrumpir la capacidad de Rusia para lanzarlos, reabastecerse o coordinarse.

He aquí diez de las más audaces hasta la fecha.

1. Snake Island: El primer golpe de Ucrania

El primer día de la invasión rusa a gran escala, Rusia tomó por asalto la Isla de la Serpiente, un peñasco calvo y azotado por el mar que flota a 120 kilómetros de la costa de Odesa. Estratégicamente, no es más que un punto en el mapa. Pero en la guerra naval, la elevación y la línea de visión importan más que el tamaño. Quien controle la Isla de la Serpiente puede ver lo que se mueve por el noroeste del Mar Negro y golpearla. Rusia lo sabía. Ucrania también.

Los rusos lo tomaron rápidamente. Un pequeño grupo de guardias fronterizos ucranianos mantuvo el puesto, superados en armamento y aislados. Uno de ellos, Roman Hrybov, dio al mundo un eslogan de guerra perfecto cuando respondió por radio: «Buque de guerra ruso, vete a la mierda». Fueron capturados, no muertos, y más tarde intercambiados en un canje de prisioneros de guerra. Mientras tanto, Rusia se atrincheró, acumulando misiles, radares, artillería y suministros. Era una fortaleza en miniatura sobre una roca.

Ucrania respondió con misiles Neptune y ataques de drones, y luego envió a las fuerzas especiales. Los comandos del SBU, la HUR y la Armada volaron a baja altura en helicópteros, esquivaron los radares, aterrizaron en un campo de minas y se abrieron paso a través de la roca. Las tropas rusas intentaron volarlo todo: minas, soldados, todo. Fracasaron. El 30 de junio de 2022, Rusia huyó.

2. El Aeropuerto de Hostomel y la defensa de Kyiv

La primera mañana de la invasión a gran escala, Rusia trató de poner fin a la guerra con un solo movimiento. El plan consistía en desembarcar tropas en el aeropuerto de Hostomel, asegurarlo rápidamente y convertirlo en una plataforma de lanzamiento para miles de soldados más. En cuestión de horas, las fuerzas rusas estarían dentro de Kyiv. Se suponía que iba a ser rápido, abrumador y terminado.

Pero las unidades de la Guardia Nacional ucraniana y los paracaidistas de la 80ª Brigada se enfrentaron frontalmente a la fuerza de desembarco, destruyendo la pista antes de que pudiera utilizarse y convirtiendo el aeropuerto en un campo de batalla. La lucha se prolongó durante casi dos días. Los helicópteros fueron derribados. Las unidades aerotransportadas fueron aniquiladas. El ataque relámpago ruso se ralentizó hasta detenerse.

La toma del aeropuerto de Hostomel por Rusia pretendía acelerar la caída de Kyiv, un rápido golpe de decapitación para instaurar un nuevo régimen en cuestión de días. Sin embargo, la rápida respuesta de Ucrania detuvo el plan en seco. Lo que se suponía que iba a ser una guerra de tres días se convirtió en una lucha larga y agotadora a la que nadie esperaba que Ucrania sobreviviera, y mucho menos que ganara batallas. Lo ocurrido en Hostomel cambió por completo el curso de la guerra.

3. El hundimiento del Moskva

Ucrania no tiene una marina tradicional. Lo que sí tiene es ingenio y voluntad de improvisar. Las fuerzas ucranianas consiguieron en abril de 2022 lo que nadie había hecho antes: hundir un crucero de misiles ruso en combate activo. El objetivo era el Moskva, buque insignia de la Flota rusa del Mar Negro.

¿El arma? Un par de misiles Neptune de desarrollo nacional, reequipados y lanzados desde una batería oculta cerca de la costa. Para que funcionara, las fuerzas ucranianas enviaron drones Bayraktar para atraer la atención del Moskva y sus defensas aéreas. Mientras el Moskva estaba ocupado cazando señuelos, la verdadera amenaza llegó rozando el agua. Dos impactos después, el orgullo de la Flota rusa del Mar Negro estaba en llamas y acabó hundiéndose.

El Moskva representaba el control de Rusia sobre el Mar Negro y ayudaba a coordinar los ataques y las operaciones en el teatro de operaciones del sur, incluidas las de la Isla de la Serpiente. Cuando el Moskva se hundió, Rusia perdió sus ojos en el Mar Negro. Su radar desapareció, su coordinación se vino abajo y la Isla de la Serpiente quedó al descubierto. Fue entonces cuando Ucrania intervino con aviones teledirigidos, artillería y, finalmente, con sus propias tropas. La Isla de la Serpiente fue despejada a finales de junio.

El hundimiento del Moskva marcó un punto de inflexión. Ucrania había demostrado que podía atacar los activos rusos más allá de las líneas del frente sin un solo buque de guerra. Desde entonces, se ha apoyado en esa estrategia, creando una flota de drones navales para atacar puertos, puentes y barcos a lo largo del Mar Negro. Esto ha obligado a Rusia a ser más cauta en sus despliegues navales y ha reducido la probabilidad de operaciones anfibias. No es una armada tradicional, pero está funcionando.

4. La contraofensiva de Kherson

Cuando Ucrania lanzó su contraofensiva en Kherson, nadie esperaba que funcionara. Las tropas rusas estaban atrincheradas al otro lado del río Dnipro, fuertemente armadas y respaldadas por artillería. La ciudad llevaba ocho meses ocupada. Moscú ya la había declarado parte de Rusia. La mayoría de los analistas suponían que se tardarían años en liberarla.

En lugar de ello, tardaron poco más de dos meses. Las fuerzas ucranianas comenzaron a empujar hacia el sur a principios de otoño, utilizando una presión constante, ataques de artillería y HIMARS para aislar a las unidades rusas y volar las rutas de suministro clave. Poco a poco, las posiciones rusas se hicieron insostenibles. Su mando estaba fracturado. Sus tropas estaban exhaustas. Y el 11 de noviembre de 2022, se retiraron de la ciudad cruzando el río Dnipro a través de la presa de Khahovka, que poco después volaron.

Kherson se convirtió en la primera y única capital regional que Rusia logró capturar, y Ucrania la recuperó. Las imágenes de civiles ondeando banderas y abrazando a soldados inundaron las noticias.

Lo que no apareció en los titulares fue lo que podría haber ocurrido después. Al parecer, las fuerzas ucranianas estaban en condiciones de rodear y capturar hasta 30.000 soldados rusos que se retiraban a través del Dnipro. Pero esa oportunidad se vio truncada tras la silenciosa presión de Washington, según múltiples versiones no oficiales. Su objetivo era evitar una escalada rusa dejando libres a decenas de miles de tropas enemigas.

5. La contraofensiva de Kharkiv-Izyum

En septiembre de 2022, Ucrania lanzó una contraofensiva por sorpresa en la región de Kharkiv, cogiendo desprevenidas a las fuerzas rusas con una astuta finta que incluía movimientos de tropas engañosos. Rusia mordió el anzuelo. En pocos días, las fuerzas ucranianas arrasaron ciudades clave como Balakliia, Kupiansk e Izyum, recuperando más de 12.000 kilómetros cuadrados de territorio.

El éxito de esta operación se debió a una planificación meticulosa, al uso eficaz de los servicios de inteligencia y al factor sorpresa. Las fuerzas ucranianas emplearon una combinación de infantería mecanizada, artillería y unidades de operaciones especiales para explotar los puntos débiles de las defensas rusas y obligarlas a una retirada caótica. La contraofensiva elevó la moral ucraniana y demostró a los aliados internacionales la eficacia de su apoyo.

Esta operación supuso un cambio significativo en el impulso de la guerra, obligando a Rusia a reevaluar sus estrategias y a redesplegar fuerzas de otros frentes. También puso de relieve la creciente destreza de Ucrania en la coordinación de operaciones militares complejas en múltiples ámbitos.

6. El ataque del Puente de Crimea

El 3 de junio de 2025, el puente de Crimea recibió otro golpe, esta vez desde debajo del agua. En una operación que duró meses, los buzos del SBU colocaron 1.100 kilos de explosivos en los soportes submarinos de la preciada arteria logística rusa. Cuando estallaron, dejaron el puente en estado crítico. Ningún civil resultó herido. Sólo la estructura, que ya no puede considerarse segura para viajar.

El puente no es sólo simbólico. Es la principal arteria logística de Rusia hacia el sur de Ucrania, el único conducto para tropas, combustible y municiones desde el sur. Cortarlo significa ralentizar las operaciones rusas en todo el frente sur, un paso vital para que las Fuerzas Armadas ucranianas liberen Crimea.

Fue el tercer gran atentado. El primero se produjo en octubre de 2022, cuando un camión cargado de explosivos detonó a mitad de camino, incendiando un tren de combustible y colapsando grandes tramos de la calzada. Informes posteriores apuntaron a que drones navales se unieron al ataque desde abajo, convirtiéndolo en una operación coordinada. En 2023, Ucrania atacó por segunda vez.

El puente era un símbolo de las aspiraciones coloniales de Rusia, construido por Putin para bloquear el intento de anexión de 2014 y declarar Crimea para siempre rusa. Pero cada vez que lo golpean, dice lo contrario.

7. Misiones de helicópteros en Azovstal

En marzo de 2022, las fuerzas rusas cercaron Mariupol, empujando a los defensores ucranianos a la planta siderúrgica de Azovstal, que se convirtió en una enorme fortaleza y en la última resistencia de los combatientes ucranianos. Durante las semanas siguientes, los pilotos ucranianos llevaron a cabo una serie de peligrosas misiones en helicóptero para entregar suministros y evacuar a los heridos.

Estas operaciones implicaban volar a altitudes extremadamente bajas para evitar ser detectados, enfrentándose a un intenso fuego ruso. A pesar de los riesgos, evacuaron con éxito a 64 soldados heridos y entregaron 30 toneladas de carga. Sin embargo, las misiones tuvieron un coste, ya que se perdieron al menos tres helicópteros debido al fuego antiaéreo ruso.

Las misiones no sólo fueron proezas logísticas, sino también una importante inyección de moral para los defensores asediados. La presencia de refuerzos y la entrega de suministros esenciales supusieron un salvavidas para los atrapados en Azovstal. La valentía de los pilotos y las tripulaciones que participaron en estas misiones ha sido ampliamente reconocida, convirtiendo a muchos en héroes de la noche a la mañana.

Finalmente, el 16 de mayo de 2022, se ordenó a los defensores de Azovstal que se rindieran para preservar sus vidas. Muchos fueron llevados al cautiverio ruso, y muchos permanecen en paradero desconocido. Las misiones de helicópteros a Azovstal fueron llevadas a cabo por pilotos que se ofrecieron voluntarios, plenamente conscientes de los riesgos de volar a una ciudad sitiada sin garantías de retorno.

8. Derribo de un A-50U ruso

El A-50 es uno de los activos más valiosos de Rusia en el cielo: un radar volante y centro de mando utilizado para rastrear objetivos, coordinar operaciones aéreas y guiar ataques con misiles. La versión mejorada A-50U viene con sistemas de vigilancia mejorados y fue diseñada para operar lejos del peligro, bien detrás de las capas de defensas aéreas rusas. Pero en enero de 2024, Ucrania derribó uno.

El avión sobrevolaba el Mar de Azov cuando cayó en una trampa. Fuentes ucranianas y británicas afirman que fue alcanzado con un sistema híbrido: un antiguo sistema de misiles soviético S-200 combinado con un moderno Patriot estadounidense. El resultado fue catastrófico para Rusia. El A-50U fue destruido, lo que supuso una de las pérdidas más vergonzosas para la Fuerza Aérea rusa en aquel momento. Un segundo avión resultó dañado pocos días después.

Este avión desempeñaba un papel fundamental en la coordinación de los ataques rusos con bombas planeadoras y misiles de crucero en Ucrania. Su destrucción obligó a Rusia a retirar su aviación de largo alcance de las posiciones avanzadas, reduciendo la eficacia de sus blancos y los tiempos de respuesta. Funcionarios ucranianos observaron un descenso apreciable de los ataques con bombas guiadas en los días siguientes, lo que dio a Ucrania un valioso respiro.

9. La operación de Kursk

En agosto de 2024, Ucrania lanzó por sorpresa un asalto transfronterizo a la región rusa de Kursk, la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que tropas extranjeras se adentraban tanto en territorio ruso. Las unidades ucranianas atacaron con rapidez, capturaron aldeas, hicieron prisioneros y resistieron durante varios meses.

El objetivo era forzar la mano de Rusia y delegar en sus reservas y otras unidades para proteger su retaguardia en lugar de lanzar ofensivas en otras partes de Ucrania. La operación también demostró que las defensas fronterizas rusas eran vulnerables y que las fuerzas ucranianas podían llevar a cabo incursiones terrestres más allá de la línea del frente. Puso en entredicho las afirmaciones de Moscú sobre su seguridad interna y dejó al descubierto las lagunas de su capacidad para proteger regiones fronterizas clave como Kursk.

La incursión fue un desastre de relaciones públicas para Moscú. Las imágenes de combatientes ucranianos operando abiertamente en territorio ruso acapararon los titulares, y la captura de soldados rusos, incluidos algunos de los reclutas norcoreanos recién llegados, fue una humillación añadida. En su punto álgido, Ucrania reclamó el control de más de 100 asentamientos y 1.350 kilómetros cuadrados de territorio ruso. Esos prisioneros serían posteriormente canjeados por decenas de prisioneros de guerra ucranianos. Mientras tanto, Rusia se apresuró a recuperar la zona, lanzando ataques aéreos que arrasaron sus ciudades fronterizas y desviando fuerzas de otros frentes clave como Kupiansk y Avdiivka. Para Ucrania, Kursk fue una victoria táctica y psicológica.

10. Operación “Telaraña”

El 1 de junio de 2025, Ucrania llevó a cabo uno de los ataques con drones más complejos jamás intentados. La Operación Telaraña atacó cuatro bases aéreas rusas en varias zonas horarias en una sola noche. Un enjambre de 117 drones, introducidos de contrabando en Rusia y escondidos en cobertizos cerca de los objetivos, se activó a distancia y arrasó algunos de los aviones más valiosos del arsenal ruso. Cuando salió el sol, al menos 41 aviones habían sido destruidos o dañados, entre ellos bombarderos Tu-95, Tu-160 y Tu-22M3, y aviones radar A-50. Los daños se estiman en 7.000 millones de dólares. Daños estimados: 7.000 millones de dólares. La escala del ataque fue tan grande que, según se informa, Zelenskyy lo supervisó en persona.

Lo que lo hizo diferente no fueron sólo los objetivos, sino el método. Estos aviones no tripulados no volaron desde Ucrania. Estaban ya dentro de Rusia, escondidos en contenedores de transporte hechos a medida y remolcados por camioneros desprevenidos hasta lugares cercanos a las bases aéreas. Sin sirenas de ataque aéreo, sin aviones de combate, sin advertencia. Pasaron desapercibidos a los radares y detonaron en la pista antes de que nadie supiera que estaban allí.

Los bombarderos y A-50 eliminados en la operación eran las mismas plataformas utilizadas para coordinar y llevar a cabo ataques con misiles contra ciudades ucranianas. Inutilizarlos significaba menos bombas de planeo, tiempos de respuesta más lentos y lagunas en la capacidad de Rusia para gestionar las operaciones aéreas. Y Ucrania lo hizo todo sin una fuerza aérea tradicional, utilizando drones lanzados desde dentro del territorio ruso. Ahora, en un futuro previsible, una gran parte de los aviones que Rusia utiliza para bombardear las ciudades ucranianas estarán fuera de combate.

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