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Guerra en Ucrania

Ni siquiera la Flota Báltica de Rusia está a salvo, ya que Ucrania ataca un buque de guerra a 1000 kilómetros del frente

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Rusia sigue perdiendo su armada, incluidos sus barcos más nuevos, y ahora incluso lejos del mar Negro. El líder ruso, Vladimir Putin, ha llevado la guerra al territorio ruso, donde ya no hay seguridad, ni siquiera a miles de kilómetros del frente.

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Las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF) de Ucrania informaron el 4 de octubre que habían atacado la corbeta rusa Grad, un buque lanzamisiles de la clase Buyan-M del Proyecto 21631. Si bien los informes sobre ataques a la flota rusa se han convertido en algo habitual en las actualizaciones del Estado Mayor de Ucrania, esta operación destaca por varias razones.

Dentro de Rusia

La primera razón es la ubicación del Grad.

El Grad forma parte de la Flota Báltica de Rusia. En el momento del ataque, se encontraba en el lago Onega, a casi 1000 kilómetros de la línea del frente.

Las Fuerzas Especiales no revelaron cómo ni con qué arma fue alcanzado el Grad, limitándose a afirmar que «el ataque alcanzó la sección de estribor del compartimento del motor del barco». Aún se está evaluando el alcance de los daños.

Esto significa que las fuerzas ucranianas llevaron a cabo una operación militar en lo profundo del territorio ruso, mucho más allá de la zona de combate activa.

Es importante destacar que el Grad se desplazaba desde el mar Báltico hacia el mar Caspio a través de los ríos y lagos de Rusia, siguiendo la vía navegable Volga-Báltico. Esta ruta también forma parte del paso hacia el mar de Azov: después del sistema Volga-Báltico, conecta con el canal Volga-Don, que conduce a través del río Don hasta el Azov y luego al mar Negro.

Dado que Turquía no permite el paso de buques de guerra por el Bósforo, esta ruta interior es una de las pocas opciones de Rusia para trasladar pequeñas embarcaciones navales con el fin de reforzar su flota del mar Negro.

La operación de las fuerzas especiales demuestra que incluso esta ruta, supuestamente segura, es vulnerable, y que la flota rusa puede ser destruida mucho antes de llegar a las costas ucranianas.

Por qué haber atacado el Grad importa

La segunda característica distintiva es el propio buque: el Grad.

El Grad es una incorporación relativamente nueva al arsenal naval ruso. Se trata de un pequeño buque lanzamisiles del Proyecto 21631 Buyan-M. Rusia cuenta actualmente con 12 buques de este tipo; el Grad es el décimo. Se botó en 2017, se lanzó en 2021 y entró oficialmente en servicio el 29 de diciembre de 2021.

El desplazamiento del buque es de 949 toneladas, su eslora es de 75 metros, su tripulación es de 32 personas y su velocidad máxima es de 25 nudos. Su alcance operativo es de unas 2500 millas (más de 4000 kilómetros).

Los buques de esta clase pueden lanzar misiles Kalibr u Oniks desde un lanzador vertical de ocho misiles. También están equipados con sistemas de artillería y ametralladoras y pueden desplegar minas y cargas de profundidad.

La función principal de la clase Buyan-M es la defensa costera, principalmente en zonas marítimas.

La extensa red de ríos y canales de Rusia permite a estos buques relativamente compactos desplazarse entre diferentes flotas a través de vías navegables interiores.

Se desconoce el alcance de los daños sufridos por el Grad.

Sin embargo, lo que realmente importa no es solo el daño en sí, sino la importancia del ataque. Ucrania está atacando constantemente objetivos situados en el interior del territorio ruso, a cientos e incluso miles de kilómetros de la línea del frente. El récord hasta ahora es de más de 2000 kilómetros de distancia, en Tyumen, donde el 6 de octubre se atacó una refinería.

Esto demuestra tanto la preparación de Ucrania como su creciente capacidad para la guerra asimétrica. Putin se ha convertido en el presidente que llevó la guerra a Rusia, a vastas extensiones de su territorio.

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