Una secta rusa con muchos seguidores reaparece en Argentina en medio de nuevas denuncias de víctimas

Líder y fundador de la secta rusa Ashram Shambala,  Konstantin Rudnev—el autoproclamado extraterrestre de Sirio —ha sido detenido en Argentina junto con varios de sus «seguidores».

Rudnev fue condenado anteriormente en Rusia por cargos que incluían violación, tráfico de drogas y establecimiento de una secta que violaba los derechos de los ciudadanos, cumpliendo 11 años de prisión.

Ahora, vuelve a estar en el centro de una inquietante investigación.

La secta Ashram Shambala en Argentina

Después de que dos miembros de una secta trajeran a una mujer embarazada de 22 años y aspecto desnutrido para dar a luz, un médico argentino denunció un comportamiento sospechoso, informó la policía local.

Las dos mujeres apenas dejaban hablar a la embarazada y respondían a todas las preguntas en su nombre, dijo el médico. Las dos mujeres también intentaron alterar su certificado de nacimiento escribiendo «Rudnev»—el apellido del líder de la secta Ashram Shambala—sin que él estuviera presente.

Es probable que la mujer embarazada haya sido víctima de la secta de Rudnev, dijo el fiscal argentino Fernando Arrigo.

Rudnev fue detenido con seis mujeres en el aeropuerto de Bariloche y se encuentra en una prisión de máxima seguridad. Al parecer, durante su detención intentó cortarse el cuello.

Los teléfonos incautados a presuntos miembros de la secta Ashram Shambala revelaron estrictas medidas de control: raciones de comida, ayunos forzados como castigo y casas a oscuras con colchones en el suelo.

En total, se investiga a 21 personas por «formar parte de una organización criminal que, con fines de tráfico sexual y esclavitud, reclutó a una mujer de 22 años traída de Rusia».

¿Quién es Konstantin Rudnev?

Rudnev es un licenciado en ingeniería médica convertido en autoproclamado líder religioso. Fundó el Ashram Shambala en 1989 y adoptó varios nombres, como Sotilian Sikorisky y Shri Jnan Avatar Muni. Según sus ex adeptos, fue «traído a la Tierra por un ovni en forma de embrión».

A cambio de la iluminación prometida, sus seguidores debían romper los lazos con sus familias, renunciar a todas sus pertenencias y dedicarle toda su vida.

Rudnev desarrolló sus enseñanzas a partir de libros, artículos de revistas y películas. Diseñó una jerarquía, rituales y un código de vestimenta. Aprovechó hábilmente el apetito soviético por lo prohibido, lo oculto y lo místico.

La historia del Ashram Shambala en Rusia

Rudnev hacía que sus seguidores pagaran su entrada en la secta a través de «cursos». En 1991, un curso costaba 100 rublos, casi la cuarta parte de un salario medio mensual de la época en Rusia. En 2010, una «limpieza de los canales de energía» costaba 1.500 rublos (unos 47 dólares de la época), y un «ritual de iniciación» costaba 4.000 rublos (unos 126 dólares), según declaró a la prensa un antiguo seguidor de la secta.

A partir de ahí, los cursos se hicieron cada vez más caros, lo que llevó a Rudnev a llevar un lujoso estilo de vida con muchos coches caros y una flota de motos.

Humillación, inanición y agresión sexual en nombre de la «curación»

A las seguidoras se las denominaba «sacerdotisas», mientras que a los miembros masculinos, que a menudo realizaban trabajos no remunerados, se les llamaba «alces». Los forasteros eran etiquetados como «ratones».

Una antigua seguidora, Natalya Koksharova, publicó un libro en el que describe su experiencia y califica la secta de «campo de concentración para buscadores de Dios». Afirma que se obligaba a los miembros a pagar por la «curación» espiritual o se les amenazaba con la enfermedad o la muerte.

A las llamadas «sacerdotisas» de Rudnev se les ordenaba mantener un aspecto específico—delgadas, con el pelo teñido de negro, mucho maquillaje y ropa provocativa—que se asemejaba al de una mujer a la que Rudnev dijo a sus seguidores que había amado en su juventud. La secta también filmaba orgías, que luego se vendían como parte de sus inquietantes prácticas.

Al parecer, Ashram Shambala llegó a tener 30.000 seguidores en más de 20 regiones rusas. Rudnev convirtió a sus seguidoras en esclavas sexuales, las humilló, las destruyó y las mutiló, según informaron los medios rusos.

Tras alistarse, las mujeres eran obligadas a participar en «violaciones rituales» y orgías con Rudnov y otros líderes de la secta.

Audiencia judicial en Novosibirsk, Siberia

A los miembros de la secta se les prohibía comunicarse con familiares, mantener relaciones sentimentales, fundar una familia e incluso entablar amistades. Sus seguidores debían vigilar el comportamiento de los demás e informar de todo a Rudnev.

Los miembros vivían en propiedades registradas a nombre de «sacerdotisas», aislados con ventanas oscurecidas, alimentación mínima y ventanas abiertas independientemente del tiempo que hiciera. La caída del cabello y de los dientes eran signos de «energía divina», se decía a los adeptos.

A causa de la malnutrición, el estrés constante y el esfuerzo físico, las niñas dejaron de tener la menstruación. Rudnev no tuvo que gastar dinero en compresas ni tampones, ¡qué ahorro! Compartíamos la ropa, incluso la interior.

Natalya Koksharova

Ex seguidor de la secta Ashram Shambala

Rudnev envió a representantes de su secta a Estados Unidos y a países sudamericanos, especialmente Brasil.

Fue detenido varias veces en Rusia, pero ninguno de los miembros de la secta quiso testificar contra él y los casos se archivaron, hasta su detención en 2013, cuando fue condenado a 11 años de prisión.

Durante su estancia en prisión, algunas personas que afirmaron estar implicadas en el culto Ashram Shambala defendieron a Rudnev, mientras que otras recordaron las torturas a las que se enfrentaron.

Tras su liberación, Rudnev reapareció en Europa, en Montenegro en 2024, la policía descubrió a Ashram Shambala filmando porno ritual en una habitación de hotel, desapareció y se convirtió en un hombre buscado, según los informes.

Rudnev se trasladó entonces a Argentina, donde continuó con su «religión». Mientras se desarrolla la investigación, las autoridades siguen trabajando para determinar el alcance total de las actividades de Ashram Shambala y cuántas víctimas pueden haberse visto afectadas.