- Categoría
- Contra las falsificaciones
Si tu país tiene una minoría de habla rusa, Rusia la pondrá en tu contra: el caso de los países bálticos

Mientras bombardea a los mismos rusoparlantes a los que dice «proteger», Putin sigue presionando para que se reconozca el estatus del idioma ruso en Ucrania. La razón es puramente utilitaria: para Moscú, los rusoparlantes son herramientas que puede utilizar contra los Estados en los que viven, y los países bálticos son un claro ejemplo de ello.
Si en su país hay comunidades de habla rusa, Rusia podría ver una oportunidad para ejercer su influencia. Durante décadas, Moscú ha aprovechado el idioma y la desinformación para promover sus objetivos estratégicos y sentar las bases para futuras invasiones.
Este enfoque se ha utilizado en repetidas ocasiones. En Georgia, la política rusa avivó las tensiones en la región de Tsjinvali y Abjasia, que culminaron en el «referéndum» de 2006, una votación abrumadora a favor de la independencia realizada bajo una fuerte influencia rusa y ampliamente rechazada como ilegítima tanto por Georgia como por la comunidad internacional.
Las mismas tácticas se aplicaron en Ucrania, donde, en los años previos a la invasión de 2014, la propaganda rusa siguió un patrón coherente basado en la guerra de información de la era soviética, pero adaptado a la era digital, dirigido tanto al público nacional como al internacional.
Hoy en día, las redes sociales amplifican esta estrategia. Más allá de los canales de televisión rusos, los grupos en línea y las comunidades centradas en el entretenimiento, Moscú lleva a cabo una campaña de información más insidiosa. Un informe reciente del Centro para la Lucha contra la Desinformación destaca la propaganda dirigida por Rusia en los países bálticos, dirigida principalmente a las poblaciones de habla rusa.

Convertir el idioma en un arma en línea
Los países bálticos han restringido drásticamente las actividades de los medios de comunicación estatales rusos. En respuesta a ello, la propaganda pro-Kremlin se ha desplazado de los canales de televisión y sitios web oficiales a las redes sociales, principalmente Telegram, TikTok, Facebook y X, donde figuras prorrusas y cuentas anónimas difunden ahora los mensajes del Kremlin.
Los principales mensajes falsos sobre las minorías de habla rusa en Letonia, Lituania y Estonia son que se enfrentan a:
discriminación
privación de derechos
persecución por su idioma y origen étnico
¿Pero cómo se ve esta propaganda en actualidad?
Aunque la mayoría de los hablantes de ruso en los países bálticos pertenecen a generaciones mayores, las cuentas de TikTok vinculadas al Kremlin, por ejemplo, siguen dirigiéndose a los jóvenes bálticos, produciendo contenidos en ruso para moldear sus opiniones e inculcarles lealtad hacia Rusia y sus narrativas.
Estas cuentas califican las medidas contra la propaganda rusa —procedente de un país que libra una guerra de agresión contra su vecino— como «violaciones de la libertad de expresión» y las acciones de los países bálticos como «nazis», tildándolas de «rusofobia».

En X, estas cuentas también afirman que la llamada «rusofobia» está muy extendida en los países bálticos e insisten en que «sin la cooperación con Rusia, los Estados bálticos son débiles».
Combinando mensajes abiertamente propagandísticos, contenido pseudoanalítico y temas «culturalmente nostálgicos», los canales de Telegram también intentan crear una imagen distorsionada de los países bálticos como «incapaces», «represivos» y «dependientes de Occidente».
El contenido «nostálgico de la URSS» está dirigido específicamente a la generación mayor. La propaganda rusa en Facebook opera de forma encubierta y se adapta al contexto local, utilizando grupos y páginas comunitarios que parecen redes locales normales, como «Tallinners» o «Estonia de habla rusa».

Estas cuentas de Facebook y bots difunden ideas como que ayudar a Ucrania es «una tontería» y que «Occidente explota a los países bálticos», al tiempo que afirman activamente que «la vida era mejor con Rusia».
Mediante una mezcla de publicaciones nostálgicas sobre «la vida pacífica en la URSS», quejas cotidianas y memes que critican a la OTAN, la UE y los valores occidentales, presentan a las comunidades de habla rusa de los países bálticos como «víctimas de la discriminación» y «compatriotas que Rusia debe proteger». Las páginas y los grupos de pseudonoticias crean la impresión de que existe un amplio apoyo a Rusia.

La rusificación de los países bálticos
El legado soviético
Los países bálticos fueron independientes entre las dos guerras mundiales, pero fueron anexionados por la fuerza por la Unión Soviética en junio de 1940 tras una ocupación militar y la imposición de «gobiernos populares» títeres.
El proceso implicó una reestructuración política, económica, social y cultural para integrar plenamente a Estonia, Letonia y Lituania en el sistema soviético.
Bajo el dominio soviético, Estonia, Letonia y Lituania quedaron subordinadas a los intereses de Moscú. Las políticas de rusificación de la URSS remodelaron la composición étnica de la región, creando tensiones entre las poblaciones bálticas nativas y los colonos de habla rusa. La ideología soviética ocultó estos conflictos, proclamando la armonía entre todos los grupos y la igualdad de derechos políticos y culturales.

La cultura báltica fue sistemáticamente reprimida. Se impuso el ruso como idioma oficial, lo que obligó a las poblaciones locales a tratar con las autoridades en ruso en lugar de en sus lenguas nativas. Las principales instituciones de la URSS funcionaban en ruso, y la mayoría de los trabajos culturales, académicos y científicos importantes también se producían en ruso. Este uso generalizado del ruso debilitó el estatus y el uso de las lenguas bálticas en toda la sociedad.
La larga historia del Kremlin de utilizar el idioma y la propaganda para influir en las comunidades de habla rusa no muestra signos de ralentizarse. Desde la rusificación de la era soviética hasta las modernas campañas en las redes sociales, Rusia sigue explotando a las poblaciones minoritarias para promover sus objetivos geopolíticos.

La campaña para proteger los idiomas bálticos
A raíz de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, los países bálticos han tomado medidas audaces para salvaguardar sus idiomas y culturas.
Estonia, por ejemplo, dio un giro significativo al introducir gradualmente la enseñanza exclusivamente en estonio en las escuelas a partir del año académico 2024-2025, que se prolongará hasta 2030. Por su parte, Letonia está reforzando sus políticas lingüísticas con el Concepto de Seguridad Nacional de 2023, que establece que, a partir de 2026, todos los contenidos de los medios de comunicación públicos deberán estar exclusivamente en letón o en otra lengua que forme parte del «espacio cultural europeo».
La vigilancia es vital para Estonia, Letonia y Lituania. La protección de las instituciones democráticas, las culturas locales y los medios de comunicación independientes sigue siendo la defensa más sólida contra la influencia silenciosa pero persistente de Rusia, que busca remodelar estas sociedades desde dentro.

El expresidente letón Egils Levits ha vinculado en repetidas ocasiones la seguridad nacional de Letonia con la preservación de su identidad y el rechazo del legado de la era soviética. Advirtió que «el espíritu imperialista aún invicto de Rusia seguirá acechando a Letonia y a Europa», y destacó la necesidad de un gobierno y un parlamento que «valoren nuestra identidad nacional letona» y trabajen para «borrar los últimos vestigios de la ideología de ocupación de nuestra vista pública».
El escepticismo de Levits hacia los actores políticos que se muestran ambiguos ante la agresión de Rusia subraya un principio fundamental: la cohesión nacional y un claro sentido de identidad son la primera y más esencial línea de defensa contra la injerencia del Kremlin.


-f88628fa403b11af0b72ec7b062ce954.jpeg)

-05008a5f294880a405c5544d51957ac6.png)

-314683458ab1fea008a33b8e7f8942cd.png)