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Estados Unidos pierde su supremacía aérea al retirar los aviones de combate más rápido de lo que se fabrican

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos está retirando aviones de combate casi cinco veces más rápido de lo que está construyendo nuevos, lo que suscita preocupación entre los analistas de defensa sobre el dominio aéreo que el país ha mantenido durante mucho tiempo.
Según Defense Express, que cita un análisis reciente publicado por Defense News, Estados Unidos está en camino de retirar aproximadamente 340 aviones en el año fiscal 2026, mientras que solo fabricará 76 nuevos.
En 2025, las cifras se situaban en 250 retiradas frente a 91 nuevos aviones, lo que significa que la Fuerza Aérea se está reduciendo a un ritmo nunca visto desde el final de la Guerra Fría.

Douglas Birkey, director ejecutivo del Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales, advirtió en Defense News que «las fuerzas aéreas estadounidenses están al límite de su capacidad», perdiendo masa de combate que en su día fue la piedra angular del poderío militar estadounidense.
La cuestión cobró relevancia después de que la Guardia Nacional de Estados Unidos disolviera el mes pasado el 103.º Escuadrón de Caza, dejando a Maryland sin una unidad aérea por primera vez.
Aunque simbólica, la decisión refleja problemas estructurales más profundos, como la limitación de los fondos para la renovación de la flota y el envejecimiento de los aviones, muchos de ellos construidos durante la expansión militar del presidente Ronald Reagan en la década de 1980.

Actualmente, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos opera alrededor de 2200 aviones de combate, aproximadamente la mitad de los que tenía al final de la Guerra Fría. La tendencia es preocupante, dados los retos simultáneos que plantean China, Rusia, Irán y Corea del Norte, todos ellos con grandes inversiones en capacidades aéreas avanzadas.
Los analistas también señalan el rápido progreso de China. Según datos citados por Defense Express y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), la flota aérea china ha alcanzado un tamaño similar—alrededor de 2200 cazas—y casi la mitad de ellos pertenecen a la generación 4+.
Los aviones más antiguos, como las variantes MiG-19 y MiG-21, representan ahora menos del 15 % de su inventario. Además, el número de cazas chinos de quinta generación sigue creciendo rápidamente.

Este cambio sugiere que la brecha tecnológica en la que Estados Unidos ha confiado durante mucho tiempo se está reduciendo. Aunque Estados Unidos sigue manteniendo una ventaja cualitativa gracias a aviones como el F-35 y el F-22, los expertos advierten de que las tendencias numéricas e industriales podrían erosionar esa ventaja en la próxima década.
Birkey concluyó que los rivales de Estados Unidos «saben que la Fuerza Aérea estadounidense está al límite de sus capacidades» y que esta realidad «se tiene en cuenta en su toma de decisiones a la hora de desafiar los intereses estadounidenses en todo el mundo».
Anteriormente, Rusia renovó sus declaraciones públicas sobre el desarrollo del interceptor MiG-41 para rivalizar con los aviones occidentales de última generación, como el F-47 estadounidense. Sin embargo, los expertos señalan que el proyecto sigue siendo conceptual, sin que se haya construido ningún prototipo y con tecnologías clave, como los motores AL-51F1, aún en fase de pruebas. Los analistas sugieren que el MiG-41 es más una narrativa mediática que un programa de defensa viable.
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