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Los ingresos petroleros de Rusia se desploman: caerán 25.000 millones de dólares en 2025 y el crudo se venderá a mitad de precio

Las sanciones impuestas por Donald Trump, junto con los ataques ucranianos contra refinerías de petróleo rusas, están afectando gravemente a la economía rusa y obligando a los funcionarios a considerar medidas más drásticas para mantenerla a flote.
En las últimas semanas, los funcionarios rusos responsables del presupuesto han mostrado creciente preocupación: el sector petrolero y gasístico del país está sufriendo un duro golpe, tanto literal como figurativamente.
En Novorossiysk, un ataque tuvo como objetivo la infraestructura portuaria y una terminal que gestiona cerca del 2% del flujo mundial de petróleo. Ucrania utilizó su misil Neptuno, de fabricación nacional, para el ataque. Al día siguiente, la refinería de petróleo de Riazán fue atacada por quinta vez. Casi a diario, drones ucranianos de largo alcance atacan refinerías y otras infraestructuras petroleras en toda Rusia.
Además de los ataques con misiles y drones, las sanciones también están afectando al petróleo ruso. En los últimos dos meses, los envíos marítimos de petróleo han disminuido en 130.000 barriles diarios, según informó Bloomberg, mientras que el 35% de los buques tanque cargados con crudo ruso no tienen destino final. Aproximadamente 350 millones de barriles de petróleo ruso se encuentran actualmente almacenados en buques tanque.
Debido a las sanciones y a problemas logísticos, las empresas rusas se ven obligadas a ofrecer descuentos aún mayores en su crudo y a conceder concesiones a los principales compradores, como China e India.
Lukoil y Rosneft impactados por las sanciones occidentales
Las sanciones estadounidenses han agravado las dificultades de Rusia. Tras la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos contra Lukoil y Rosneft, varias empresas chinas e indias suspendieron sus compras de petróleo ruso, reorientando su estrategia hacia Oriente Medio.
La propia Lukoil también se enfrenta a problemas: la empresa aún no ha encontrado comprador para sus activos en el extranjero, y Gunvor—que en un principio se esperaba que los adquiriera— vio bloqueada la operación por Estados Unidos debido a su cercanía con el Kremlin. Por el momento, Lukoil no tiene comprador y corre el riesgo de perder activos por valor de aproximadamente 22.000 millones de dólares (con un posible descuento del 50% al 70%).
Debido a las sanciones y las continuas huelgas, los ingresos por exportaciones de petróleo de Rusia en octubre de 2025 cayeron en 320 mil millones de rublos (unos 3940 millones de dólares), alcanzando un total de 886 mil millones de rublos (alrededor de 11 mil millones de dólares), lo que representa una caída del 27 % con respecto al año anterior.
En los primeros diez meses de 2025, el presupuesto ruso recaudó 2 billones de rublos (24 600 millones de dólares) menos que durante el mismo período de 2024: apenas 7,5 billones de rublos (92 800 millones de dólares), en comparación con los 9,54 billones de rublos (118 000 millones de dólares).
El descenso se está acelerando: de enero a mayo, un 14 %; a finales de junio, un 17 %; en julio, un 18 %; en agosto, un 20 %; y en octubre, un 21 %.
Se prevé que las pérdidas se agudicen en noviembre y diciembre: el crudo Urals ha caído a 36,61 dólares por barril. Los descuentos en el crudo ruso pueden alcanzar los 23 dólares por barril con respecto al Brent, la mayor diferencia desde mediados de 2023. Mientras tanto, las sanciones han obligado a los buques tanque a tomar rutas más largas por el Ártico para llegar a China, un desvío que añade semanas a los plazos de entrega y aumenta los costes de transporte.
Deudas y desesperación
Para un presupuesto ruso basado en un precio estimado de entre 69 y 70 dólares por barril, un precio tan bajo supone una grave amenaza, ya que los ingresos por la venta de materias primas son la principal fuente de financiación para la guerra en Ucrania. Ahora el gobierno debe buscar los fondos en otra parte.
Como el país más sancionado del mundo, Rusia no puede obtener préstamos en los mercados internacionales: nadie está dispuesto a prestarle. En consecuencia, se ve obligada a recaudar fondos internamente, principalmente a través de sus bancos estatales.
El déficit es enorme. Las proyecciones iniciales para 2025 preveían un déficit de 1,17 billones de rublos (14.400 millones de dólares), pero a finales de año quedó claro que la cifra sería cinco veces mayor: 5,7 billones de rublos (70.200 millones de dólares). Esto representa el mayor déficit presupuestario en términos absolutos en la historia de Rusia. Tan solo en noviembre, las autoridades decidieron emitir deuda por valor de 2,3 billones de rublos (28.000 millones de dólares) durante el último trimestre.

Aunque es posible recurrir a préstamos internos, esto sigue debilitando la economía rusa: el gobierno planea recaudar 6,981 billones de rublos (unos 80 mil millones de dólares) en 2025, de los cuales 1,4 billones de rublos (13 mil millones de dólares) se destinarán al servicio de la deuda existente, todo ello mientras la inflación sigue aumentando.
Estas cifras no tienen en cuenta el impacto de los ataques ucranianos: las petroleras rusas deben invertir en la defensa de sus refinerías, destinar fondos para reparaciones tras los ataques y absorber las pérdidas de beneficios durante los periodos de inactividad. Todo esto representa ingresos que no llegan al presupuesto ruso en forma de impuestos.
Las sanciones y los ataques a la infraestructura petrolera rusa siguen siendo una de las herramientas más eficaces para mermar la capacidad económica del país, limitando su capacidad para continuar la guerra en Ucrania hoy o planificar una posible ofensiva contra Europa en el futuro.
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