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Los costos de la guerra se disparan, los precios del petróleo caen: las arcas de Rusia se están quedando sin dinero

A mediados de 2025, el déficit presupuestario de Rusia ya ha superado los límites establecidos para todo el año, agotando las arcas del Kremlin a medida que se disparan los gastos militares. Y no existe un plan claro para cubrir el déficit.
A Rusia se la suele llamar «una gasolinera disfrazada de país» por una buena razón: su economía depende en gran medida de las exportaciones de petróleo y gas. Estos recursos aportan entre el 40 % y el 60 % de los ingresos del Estado, dependiendo de los precios mundiales de la energía, y cubren la mayor parte de las necesidades del Gobierno. Las ganancias extraordinarias del petróleo y el gas también contribuyeron a la creación del Fondo Nacional de Riqueza de Rusia, que en su momento álgido llegó a alcanzar casi 9 billones de rublos (113 000 millones de dólares).
Los altos precios del petróleo en 2022-2024 permitieron a Rusia cubrir sus necesidades de divisas y financiar su guerra. Oficialmente, el Kremlin gastó casi 400 000 millones de dólares en tres años; extraoficialmente, la financiación bancaria añadió otros 250 000 millones de dólares.
Ahora se prevé que el gasto en la guerra para destruir Ucrania en 2025 supere las estimaciones anteriores, pasando de 142 000 millones de dólares en el presupuesto a unos 170 000 millones. El problema es que no hay una fuente clara de financiación: Rusia tiene poco efectivo y pocas opciones de endeudamiento.
Un presupuesto muy deficitado
En junio de 2025, el déficit presupuestario federal ascendía a 3,7 billones de rublos (unos 46 000 millones de dólares), aproximadamente la cantidad prevista inicialmente para todo el año. Las autoridades insisten en que la situación se equilibrará a finales de año, señalando que el mayor gasto suele producirse a principios de año, como ocurrió en 2024.

Pero las perspectivas son sombrías. El déficit ya equivale a alrededor del 1,7 % del PIB, en comparación con el 0,5 % previsto para 2025. Si no se reduce la brecha, los responsables económicos del Kremlin se enfrentarán a un dilema: incluso el Fondo Nacional de Riqueza, que en su día fue una reserva sustancial, solo cuenta con 2,8 billones de rublos (35 000 millones de dólares) a mediados de año.
Según las normas gubernamentales, el fondo solo se repone cuando los precios del petróleo son altos, algo que no está ocurriendo en el mercado actual.
Cómo el petróleo barato perjudica al Kremlin
Los bajos precios de la energía son ahora el mayor dolor de cabeza de Rusia. El presupuesto para 2025 se basaba en un precio medio del petróleo de 66 dólares por barril. Sin embargo, las tendencias recientes apuntan a una media anual de entre 55 y 65 dólares, por debajo de las previsiones de Moscú.
En la primera mitad del año, la caída del petróleo le costó al presupuesto el 25 % de los ingresos previstos, con una disminución general de los ingresos del 17 % interanual. En julio, los ingresos por impuestos a la exportación de petróleo cayeron un 33 %, mientras que los ingresos combinados del petróleo y el gas disminuyeron un 27 %. El precio medio de venta en julio fue de 59 dólares por barril, aproximadamente un 10 % por debajo de las previsiones presupuestarias.
Hay dos factores adicionales que agravan el problema:
Escasez de combustible en el país. Rusia no solo vende petróleo crudo, sino también productos refinados como la gasolina. Las refinerías rusas han sufrido repetidos ataques con drones ucranianos, lo que ha reducido el suministro interno; esto se explica con detalle aquí. Los precios de la gasolina en el país se han disparado, lo que ha obligado a los productores a: a) reducir las exportaciones, b) inyectar más suministro en el mercado nacional para apaciguar tanto a los consumidores como al Kremlin, y c) vender crudo y productos refinados a precios más bajos, lo que ha reducido drásticamente los beneficios. En julio de 2025, cada barril exportado reportó 4711 rublos (unos 56 dólares) en lugar de los 6127 rublos (más de 75 dólares) presupuestados.
Tendencias del mercado mundial. La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) planea aumentar la producción, mientras que la demanda mundial de petróleo se mantiene estable. Para aumentar la presión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha instado a la India a reducir las importaciones de crudo ruso.
Together, these factors limit the Kremlin’s ability to boost revenue.
¿Por qué importan las sanciones?
A menos que los precios del petróleo se dupliquen repentinamente, Moscú tendrá dificultades para cubrir su déficit. Pedir préstamos al extranjero no es una opción: Rusia ha sido excluida de los mercados de capitales mundiales y los prestamistas extranjeros siguen mostrándose cautelosos, recordando que el Imperio ruso nunca devolvió los fondos que había pedido prestados a Francia para financiar la Primera Guerra Mundial.
Eso deja como opciones subir los impuestos, emitir bonos y comprarlos en el mercado interno, o debilitar el rublo. Incluso si Rusia encuentra compradores alternativos para su petróleo, las sanciones dirigidas a su flota clandestina significan que tendrá que enviar el crudo a lugares más lejanos y con mayores costos.
Es poco probable que todo esto refuerce la confianza interna en el líder ruso, Vladimir Putin. Y dado que los gastos de guerra están fuera del alcance de los recortes, otros sectores serán los más afectados.
Por primera vez, la presión de las sanciones parece estar creando una tensión interna tangible y, potencialmente, un incentivo para que el Kremlin se siente a la mesa de negociaciones.


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