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Por qué Rusia no puede capturar la región de Donetsk, dentro de la línea de fortaleza de Ucrania que Putin quiere sin luchar

En cada propuesta de alto el fuego, Putin insiste en la exigencia de transferir la región de Donetsk al control de Moscú. Su motivación es clara: Ucrania ha fortificado fuertemente la región, convirtiendo las principales ciudades en una enorme barrera defensiva. Capturar estas zonas costaría a Rusia cientos de miles de vidas y decenas de miles de millones de dólares.
El tema del territorio sigue siendo uno de los más difíciles en la mesa de negociaciones. Ucrania se niega a entregar Donetsk gratuitamente, mientras que la delegación de Putin exige el control total del Donbás.
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Para Rusia, detener la guerra ahora significaría evitar más pérdidas masivas. Sin embargo, y aún más importante, le permitiría a Moscú establecer una base para futuras ofensivas que se adentren más en territorio ucraniano. ¿Cómo se traduce esto en la práctica?
Región de Donetsk: El escudo defensivo del centro de Ucrania
Actualmente, aproximadamente un tercio de la región de Donetsk permanece bajo el control de las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluyendo las importantes ciudades de Kramatorsk y Sloviansk. Otros bastiones —Kostiantynivka, Druzhkivka y Pokrovsk— mantienen sus líneas defensivas.
Estos centros urbanos se han convertido en fortalezas por derecho propio, ganándose el nombre de "cinturón de fortalezas". Capturarlos requeriría enormes recursos y un tiempo prolongado, probablemente meses de brutales asaltos. Tomemos como ejemplo la pequeña ciudad de Chasiv Yar: lleva 20 meses resistiendo y continúa bloqueando el avance ruso.

Además, la región de Donetsk es ahora una densa red de fortificaciones militares que se extiende por decenas de kilómetros, como se muestra claramente en los mapas. Estas líneas de defensa se extienden por toda la región, muchas de ellas ubicadas en terrenos más elevados.
El Kremlin lo entiende bien. Ocupar toda la región de Donetsk ahora significa heredar un territorio fuertemente fortificado, una fortaleza ya construida a expensas de Ucrania. Es más, esto ofrecería a Rusia una plataforma para futuros avances hacia las regiones de Kharkiv y Dnipropetrovsk.
Moscú exige que Ucrania ceda el acceso a las regiones centrales sin presentar batalla.
Una paz frágil no se puede considerar una paz auténtica
Al inicio de la invasión a gran escala de Rusia en 2022, las columnas rusas avanzaron desde el norte, el este y el sur, amenazando a casi una docena de regiones ucranianas. En 2024, Moscú abrió un nuevo frente en el norte de Járkov; en 2025, intentó una ruptura en la región de Sumy. Las acciones de Rusia durante los últimos cuatro años demuestran claramente lo poco que Rusia desea una paz sostenible.
En 2025, Rusia intensificó sus ataques en dirección a Zaporizhzhia y comenzó asaltos en la región de Dnipropetrovsk.
Todos estos movimientos indican una cosa: Rusia pretende seguir atacando territorio ucraniano. Una rendición voluntaria de las regiones de Donetsk y Luhansk solo abriría la puerta a una mayor escalada, no a la paz. Expondría las líneas defensivas ucranianas, dejando al país más vulnerable a futuros ataques.
Cientos de miles de víctimas
Putin intenta presentar Donetsk como una "ganancia gratuita". Cuando Rusia lanzó su guerra a gran escala en 2022, buscaba una rápida toma de estos territorios. Sin embargo, tras más de 45 meses de combates, el ejército ruso no ha logrado su objetivo. Para obtener el control total de la región de Donetsk, aún necesita capturar casi 7.000 kilómetros cuadrados (2.703 mi²) de territorio ucraniano.
La lucha ha sido ardua. La batalla por Bajmut duró casi un año y se saldó con la pérdida de decenas de miles de mercenarios y soldados de Wagner. Otra importante campaña rusa, el asalto a Avdiivka, involucró a 120.000 soldados, y uno de cada tres sufrió pérdidas irreversibles. Toretsk sufrió meses de asedio. Ciudades como Kostyantynivka y Chasiv Yar, entre otras, continúan resistiendo, bloqueando el avance ruso.
La batalla por la ciudad de Pokrovsk, llamada la "puerta de entrada a Donetsk", ha entrado en su segundo año. A pesar de las reiteradas afirmaciones rusas de haberla capturado, las fuerzas ucranianas aún controlan parte de la ciudad. El Kremlin ha concentrado 170.000 soldados en este frente, pero ni siquiera esta fuerza ha logrado tomar la ciudad rápidamente.

Las pérdidas rusas solo en 2025 son asombrosas: 392.000 muertos o heridos hasta la fecha. Se espera que para finales de año esta cifra supere las 400.000 pérdidas irrecuperables. Este se ha convertido en uno de los años más mortíferos para Moscú. En los tres años anteriores, Rusia perdió 790.000 soldados, entre muertos y heridos. La tasa media diaria de bajas supera ahora los 1.200 soldados.
A pesar de desplegar cada vez más tropas e infantería, Rusia sigue lejos de su objetivo de tomar la región de Donetsk. Al ritmo actual, tardaría al menos otros dos años y cientos de miles de vidas más, además de miles de piezas de equipo.
El Kremlin lo sabe muy bien. Por eso Putin está tan ansioso por exigirlo todo sin luchar. Asediar ciudades como Kramatorsk y Sloviansk llevaría años: años de guerra mortal y costosa para el ejército ruso.
Donetsk no está a la venta
Ucrania se mantiene firme en las negociaciones con sus socios internacionales sobre la región de Donetsk. Esta región es la que frena los avances rusos en el corazón de Ucrania. Cederla sería la salida fácil, con las consecuencias más graves.
En 2014, la comunidad internacional hizo la vista gorda ante el intento ruso de anexionarse Crimea. En 2022, Rusia lanzó la mayor guerra en Europa en 80 años. Y en 1938, el mundo presenció algo similar: Hitler anexó parte de Checoslovaquia y comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Ceder territorio solo alimenta el apetito del agresor.
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