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Guerra en Ucrania

¿Qué es el ejercicio Zapad 2025 entre Rusia y Bielorrusia y cómo se asemeja a los simulacros previos a la guerra?

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Zapad 2021 terminó con la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Zapad 2017 ensayó la captura de los países bálticos. Zapad 2013 presagió la agresión de Rusia en Crimea. Zapad 2009 simuló un ataque nuclear contra Polonia. ¿Qué traerá Zapad 2025?

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Rusia y Bielorrusia llevarán a cabo maniobras conjuntas, Zapad 2025, entre el 12 y el 16 de septiembre.

El objetivo declarado de estas maniobras es practicar acciones defensivas en caso de una escalada y un ataque contra Bielorrusia, aliada de Rusia. El líder histórico del país, Alexander Lukashenko, insistió en que los ejercicios no suponen ninguna amenaza para los vecinos —Polonia y los países bálticos— e incluso prometió llevarlos a cabo lejos de las fronteras. Su retórica tranquilizadora no es más que una fachada: hace cuatro años, aseguró a los vecinos que no tenían nada que temer. Poco después, el ejército ruso atacó Ucrania desde territorio bielorruso.

Teniendo en cuenta el historial de este tipo de maniobras y los detalles del plan de este año, todas las afirmaciones de Lukashenko se desmoronan bajo un análisis minucioso.

Por ejemplo, según se informa, Rusia podría volver a probar su misil balístico intercontinental «Oreshnik» durante las maniobras. No se han proporcionado detalles, pero el arma puede recorrer más de 5000 kilómetros y transportar una ojiva nuclear.

Se espera que participen alrededor de 13 000 soldados, pero los expertos señalan que la cifra real suele ser mucho mayor, ya que Rusia oculta deliberadamente el verdadero tamaño de sus despliegues. Algunas de las fuerzas rusas asignadas a estas maniobras participaron anteriormente en la invasión del norte de Ucrania en 2022.

Fuente: Getty Images, Zapad2021
Fuente: Getty Images, Zapad2021

Bielorrusia desempeña un doble papel en estos ejercicios: como escenario y como elemento clave de propaganda. En una entrevista reciente con Simon Shuster, de la revista Time, Lukashenko intentó presentarse como un pacificador, alegando que buscaba la estabilidad. Sin embargo, la historia demuestra que sus palabras carecen de sentido en comparación con sus acciones.

Un ejemplo claro: en 2021, durante el ejercicio Zapad 2021, Lukashenko prometió públicamente que las tropas rusas se retirarían tras las maniobras. No lo hicieron. Apenas unos meses después, decenas de miles de soldados rusos y miles de unidades de equipo militar avanzaron hacia las regiones ucranianas de Kyiv y Chernihiv desde territorio bielorruso. Lukashenko se convirtió en cómplice de la guerra y del asesinato de miles de ucranianos en el norte.

Las maniobras Zapad 2021 también sirvieron para practicar aterrizajes aerotransportados y capturas rápidas de infraestructuras, precisamente las tácticas que Rusia intentó aplicar en Hostomel durante los primeros días de la guerra.

Drills as preparation for war

La invasión de 2022 no fue el primer caso en que los «ejercicios» rusos se convirtieron en operaciones de combate reales. Los georgianos recuerdan julio-agosto de 2008, cuando Rusia organizó las maniobras Kavkaz-2008 con el pretexto de la lucha contra el terrorismo. Pero solo una semana después de que terminaran, Moscú lanzó su guerra contra Georgia.

En 2013, durante Zapad 2013, la narrativa oficial volvió a ser la lucha contra los «terroristas». El escenario describía la infiltración de extremistas y bandidos en Bielorrusia. En cuestión de meses, Rusia aplicó un guion similar en Crimea y el este de Ucrania, desplegando tropas, mercenarios y equipo bajo la apariencia de «combatientes locales».

En febrero de 2022, Rusia anunció de forma repentina otro ejercicio conjunto con Bielorrusia, Union Resolve 2022. Esta vez, Moscú prescindió de elaboradas historias de cobertura y, en su lugar, añadió un importante componente naval en el mar Negro. Solo cuatro días después de que concluyera el ejercicio, Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania, disparando misiles y enviando tropas al sur, al este y al norte, incluso desde territorio bielorruso.

Una amenaza para la OTAN

Las maniobras Zapad también despertaron la alarma en 2017, cuando Rusia practicó un escenario de guerra a gran escala. Moscú y Minsk afirmaron estar defendiéndose de Estados ficticios —Veyshnoria, Vesbaria y Lubenia— que eran sustitutos apenas velados de Lituania, Letonia, Estonia y partes de Polonia. Análisis posteriores revelaron que Rusia había estado ensayando planes para capturar los Estados bálticos y cortar el corredor de Suwałki, el más vulnerable de la OTAN. Los ejercicios incluyeron incluso simulacros de ataques con misiles de crucero contra infraestructuras militares en Alemania y los Países Bajos.

Fuente: Getty Images, Zapad2021
Fuente: Getty Images, Zapad2021

Aunque Moscú afirmó oficialmente que solo participaron 13 000 efectivos, en realidad se movilizaron hasta 48 000 soldados y probablemente participaron más de 20 000, incluidas unidades encargadas de lanzar misiles balísticos con capacidad nuclear. Los ejercicios tenían como objetivo ensayar la rápida toma de los países bálticos y paralizar la infraestructura militar de Europa, dejando a la OTAN incapaz de actuar en virtud del artículo 5, ya que no habría medios para prestar asistencia.

El escenario exacto de Zapad 2025 sigue siendo desconocido. Pero, como siempre, Rusia lo presentará como «defensivo» y Lukashenko tranquilizará a los vecinos asegurándoles que no hay peligro. Sin embargo, una visión más realista es que los ejercicios podrían servir como plataforma para una guerra híbrida.

Esto podría incluir suplantaciones de identidad y ciberataques, provocaciones en las fronteras, maniobras realizadas peligrosamente cerca de las fronteras de la OTAN, violaciones del espacio aéreo con drones y aviones de combate, o el uso demostrativo de misiles balísticos y de crucero.

El objetivo subyacente de Rusia es poner a prueba la unidad de la OTAN y su reacción ante actos que podrían interpretarse como agresión militar. Tras más de tres años de guerra a gran escala, Vladimir Putin ha comprobado en repetidas ocasiones lo débil que es esa reacción. Misiles y drones rusos ya han caído en Polonia y Rumanía, y recientemente, un dron con explosivos cayó en Lituania. La respuesta de la OTAN se ha limitado a la condena.

Por primera vez desde 2022, las principales maniobras militares de Rusia tendrán lugar en las inmediaciones de Europa. Eso no significa que la guerra vaya a estallar de inmediato, pero sí es una señal de que podría comenzar en un futuro próximo.

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