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El «revolucionario» dron marino ruso se parece mucho al ucraniano, pero con más potencia

Durante las maniobras navales «Tormenta de Julio» en el mar Báltico, Rusia mostró un nuevo vehículo de superficie no tripulado que parece ser un reflejo de los drones marinos de Ucrania, probados en combate, y que incluye una espectacular explosión para las cámaras.
En las imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa ruso, una pequeña embarcación no tripulada se dirige a toda velocidad hacia un objetivo marítimo inmóvil y detona al impactar.
El montaje imita el ataque a un buque, pero las condiciones -mar en calma, objetivo inmóvil, ausencia de defensas- sugieren más una demostración que un escenario de combate.
La explosión, sin embargo, fue significativa, probablemente debido a la elevada carga explosiva, que fuentes rusas calificaron de gran avance.
Según blogueros militares pro-Kremlin, el avión no tripulado puede operar de forma autónoma durante 24 horas y atacar objetivos a más de 300 kilómetros de distancia. En teoría, esto permitiría alcanzar Odesa o Izmail desde la Crimea ocupada. Sin embargo, estas afirmaciones no han sido verificadas y no hay pruebas confirmadas de su producción en serie.
El Ministerio de Defensa ruso no reveló la designación del avión no tripulado, pero señaló que también se habían probado otras plataformas no tripuladas: aviones no tripulados FPV y vehículos submarinos no identificados. Las capacidades y funciones completas de estos sistemas siguen sin revelarse.
No es el primer intento de Rusia de imitar a Ucrania en la guerra naval con drones. En 2023, la empresa rusa KMZ presentó un prototipo llamado «Oduvanchik», un barco teledirigido con un diseño sospechosamente familiar.
Ese mismo año, se utilizó un dron marítimo ruso en un intento de ataque contra un puente ferroviario en Odesa, demostrando más ambición que precisión.

En 2024, la Armada rusa anunció la formación de regimientos navales especializados en drones. Se espera que estas unidades operen una combinación de plataformas aéreas, terrestres, de superficie y subsuperficiales, con tareas que van desde el reconocimiento hasta misiones de ataque y desminado.
Para apoyar este cambio, Rusia ha abierto una planta de producción de aviones no tripulados en San Petersburgo equipada con una piscina cubierta para realizar pruebas durante todo el año.
Aunque el concepto de drones marítimos con capacidad de ataque dista mucho de ser nuevo, la reciente prueba de Rusia parece más destinada a señalar su capacidad que a demostrar un sistema plenamente operativo. Las imágenes pueden sugerir innovación, pero el hardware -y las tácticas- ya son familiares para cualquiera que vigile el Mar Negro.
Anteriormente, Rusia había iniciado sus mayores maniobras navales multiterritoriales en años, denominadas «Tormenta de Julio», en las que participaron más de 15.000 soldados y flotas de los mares Ártico, Báltico, Pacífico y Caspio. El objetivo de las maniobras es poner a prueba armas de largo alcance, drones y la coordinación entre zonas de combate.






